03 enero 2008

IBCE pide despolitizar economía y concertar agenda productiva

La importación de alimentos provocó índice inflacionario del 2007.

El mayor riesgo para la economía nacional es una ausencia de programas conjuntos entre el sector empresarial y el Poder Ejecutivo, que antes de ver enemigos políticos en los agroindustriales, deben dejar a un lado sus intereses ideológicos y –mediante la producción nacional–, asegurar la soberanía alimentaria para todos los bolivianos, sin excepción.

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) mediante su presidente, Ernesto Antelo López, expresó a EL DIARIO su preocupación por el nivel en el incremento de los productos importados que hasta noviembre de 2007 llegó a 3.100 millones de dólares, que significa un nuevo récord de importaciones en Bolivia.

Con estos datos, el 2007 se incrementó de forma considerable el nivel de importaciones en el país, sobretodo de alimentos a consecuencia del desabastecimiento y la escasez de varios productos, resultados del fenómeno del El Niño.

Antelo afirma que esta política de importar alimentos y una serie de insumos trae una serie de riesgos para la economía nacional además es un peligro para los agroindustriales del país en los que el Gobierno ve a sus enemigos ideológicos y políticos.

“Necesitamos que ellos (las autoridades del Gobierno) se den cuenta de su responsabilidad, así como tener una agenda por la producción, por los empleos y la competitividad y también necesitamos que se fijen buenas políticas concertadas entre el sector público y privado”, apuntó Antelo.

Indicadores negativos

Datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta noviembre de 2007, dan cuenta que el alza en el valor de las importaciones de Bolivia fue de 526 millones de dólares respecto a igual período del 2006.

De la misma manera, a noviembre del 2007, la importación de “Suministros Industriales” ascendió a 1.071 millones de dólares, un 19 por ciento más que un año antes (subida de 171 millones de dólares, destacando las barras de hierro o acero, herbicidas y polietileno).

Se trata de indicadores calificados como “negativos” para el sector privado, que observa como un gran peligro la aplicación de esta política, la mayoría de las veces acompañada de la constante confrontación existente entre el Poder Ejecutivo y los empresarios privados.

“Es un error pensar que el empresario es un complotador. Significa verlo como un adversario y buscan debilitarlo y –si el día de mañana– el sector empresarial se debilita, entran en riesgo todos los empleos que genera el sector privado”, manifestó Antelo.

Causas naturales

El fenómeno del El Niño que se presentó a principios de la pasada gestión en Bolivia, afectó a gran parte del sector agrícola y ganadero, sobre todo en el oriente boliviano, ante lo cual en meses posteriores se registró el desabastecimiento de algunos productos de la canasta familiar y por consiguiente el incremento en los mismos.

Este hecho generó como consecuencia que se registrara un alto nivel en la inflación que hasta noviembre del 2007 se registró en 11,02 por ciento, considerada una de las más altas de la región, junto a Venezuela que alcanzó 20 por ciento en el nivel inflacionario.

Concertación

En ese marco, el Presidente Ejecutivo del IBCE expresa su temor de que esta situación se repita en esta nueva gestión que se inicia, ya que hasta el momento el Poder Ejecutivo no ha mostrado ningún interés de acercamiento con el sector privado para concertar una agenda económica acorde con las necesidades de todos los sectores de la población.

Es necesario que las autoridades del Gobierno entiendan que por esta gestión son administradores de la política pública y que no son dueños del país, afirmó Antelo y agregó que la responsabilidad que tienen como autoridades es velar por la seguridad alimentaria y económica de todos los bolivianos.

De la misma manera, el IBCE pide al gobierno del presidente Evo Morales que de una vez por todas, convoque a reuniones con el sector privado industrial para concertar una agenda común.

Para esto el Poder Ejecutivo debe deshacerse de la idea de que el sector empresarial está en constante pugna contra el Gobierno y que lo único que busca es armar complots en su contra para desestabilizarlo.

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