03 mayo 2017

Las FinTech facilitarían a la banca el monitoreo de riesgo medioambiental


Los bancos están en el negocio de manejar riesgos. Si prestas dinero a un mal pagador puedes sufrir grandes pérdidas financieras. Si permites que dinero lavado o ilícito entre a tu banco puedes infringir la ley y ser penalizado. Por eso, el éxito de la banca y las instituciones financieras depende de la calidad, disponibilidad y eficiencia de los análisis costo-beneficio para poder evaluar de forma precisa, el riesgo de una operación. Es una parte clave de su modelo de operaciones, y es lo que les permite evitar riesgos medioambientales y de deforestación en sus negocios.

Áreas de riesgos

La industria financiera tiene una demanda creciente por información sobre factores de riesgo como los niveles de deforestación y otros factores medioambientales para tomar sus decisiones de inversión.

Cada día, más instituciones han comenzado a entender que financiar proyectos que dañen el medioambiente acarrea riesgos en tres áreas.

1. Legal: muchos países tienen regulaciones medioambientales. Por ejemplo, el Banco Central de Brasil pide a los bancos implementar políticas sociales y medioambientales, establecer procesos para gestionar este tipo de regulaciones y prohibir la entrega de préstamos a proyectos en áreas que se exploten los bosques de forma ilegal en el Amazonas. El año pasado, un banco comercial fue multado por 15.3 millones de dólares por presunto incumplimiento de la ley.

2. Financiero: contribuir al daño medioambiental puede afectar los balances finales. Si una institución financiera presta dinero a un cliente que mantiene prácticas medioambientales cuestionables, el cliente puede arriesgar demandas o multas que afecten su habilidad de pago de los préstamos.

3. Reputación: a medida que los consumidores y los inversionistas se vuelven más respetuosos con el medio ambiente, los bancos pueden sufrir un daño en su reputación y pueden perder clientes si están conectados a actividades poco sostenibles.

Con el impulso de los gobiernos y de la industria privada para abordar la deforestación, el sector financiero no puede quedarse atrás. Algunas instituciones ya están haciendo algo al respecto, pero no todas han incorporado estrategias sostenibles en sus modelos de negocios.

Si los bancos no comienzan a incorporar el riesgo medioambiental, como parte de su proceso de evaluación, pueden perder a sus clientes actuales y nuevas oportunidades de negocio.

Monitoreo del riesgo medioambiental

Los avances en la tecnología y la información han facilitado el monitoreo del riesgo medioambiental. Antes, los bancos debían realizar visitas a los terrenos para analizar el impacto medioambiental de una inversión. El problema es que esta labor in-situ, puede llegar a ser muy costosa y difícil de escalar.

Ahora, el big data y la tecnología geoespacial permiten que el monitoreo sea más barato, accesible y cercano en tiempo real, para ser capaces de seguir el ritmo de las inversiones.

Nuevas herramientas

Herramientas como Global Forest Watch (GFW) pueden detectar un área de árboles tan pequeña como 30 metros (el tamaño de una portería de fútbol), perdida en cualquier lugar del mundo. También se pueden ver cuántos incendios han ocurrido en una finca o concesionaria, y qué tan lejos se encuentran estos incendios de áreas protegidas, cualquier día del año.

Todo esto es posible con computadores capaces de analizar de forma automática petabytes de imágenes satelitales, casi en tiempo real. Esta tecnología muy pronto se adaptará y estará disponible para los bancos que busquen optimizar sus evaluaciones medioambientales de riesgo.

El World Resources Institute (WRI), en asociación con comerciantes mayoristas y minoritas, procesadores de alimentos, instituciones financieras y organizaciones no gubernamentales han desarrollado un nuevo sistema llamado GFW PRO.

Esta nueva plataforma permitirá que los bancos ubiquen las fábricas o fincas de sus clientes, y monitoreen su nivel de deforestación y alarmas de incendio en áreas de inversión, a través de un panel de control que es tan fácil de revisar como un estado de cuenta. Todo lo que se necesita es la ubicación geográfica de una inversión, como la dirección de un terreno o las coordenadas del predio, información que la mayoría de los bancos maneja.

GFW PRO va a incorporar un análisis de sostenibilidad basado en sus proyectos y evaluaciones a nivel de los portafolios y tendencias, mientras mantiene la información del propietario segura. Este nuevo enfoque permite que los bancos integren el monitoreo de bosques en la estrategia de sus modelos de negocios, de la misma forma que evalúan otras variables, como los mercados ganaderos, los números de cosecha, las tasas de cambio o las tasas de interés de gobierno, que pueden impactar el riesgo de negocios relacionados a la agricultura.

Hay una voluntad de establecer este tipo de sistemas, en todos los espectros -desde los consumidores hasta los gobiernos y las corporaciones- para poder abordar los riesgos medioambientales y de deforestación.

Pero al final del día, el dinero sigue siendo uno de los motores más fuertes a la acción.
Es emocionante ver las ganas que los bancos y las instituciones financieras tienen para sumarse a iniciativas sostenibles, ante el creciente impacto que -seguro- tendrán estas prácticas en el futuro de nuestro planeta y en el fortalecimiento de sus negocios.

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