03 mayo 2017

Tarijeños se “comen” sus ahorros y los depósitos bajan en la banca



Marco es padre de dos hijos, es ingeniero civil de profesión y vive actualmente una de las peores crisis económicas que afrontó en su vida como jefe de familia, puesto que le adeudan su salario por el trabajo realizado en una empresa constructora desde el 2015.

Por este motivo ahora se sostiene con los ahorros que pudo juntar durante sus últimos años de trabajo y alguno que otro proyecto esporádico que pueda conseguir.
Para él no hay ninguna otra explicación, la reducción de los recursos económicos en el departamento y con ello, la falta de circulante por parte de las instituciones públicas departamentales y municipales, que adeudan una serie de planillas a las constructoras desde hace un par de años atrás, es la causante de todo esto.
Afirma que como él, al menos la mitad de sus colegas pasan por la misma situación y por ello asegura que es la peor etapa en la historia del rubro de la construcción.
De hecho cuenta que hace un año, agobiado por la falta de empleo y de dinero, optó por irse a trabajar a La Paz, con una empresa también tarijeña que logró adjudicarse una obra en aquel departamento; sin embargo dijo que volvió después de los dos meses, porque durante ese tiempo tampoco le pagaban por su trabajo.
Pero esta realidad no es aislada y se repite también en otras familias y sectores, tal es el caso de Daniel, quien es auditor, trabaja en una empresa distribuidora y es padre de una recién nacida. Lo que le deben a él en su trabajo no es de tanto tiempo atrás como pasa con Marco, pero sí le afecta en una situación similar. No le pagan su salario desde hace tres meses.
“Sé que la situación es crítica para todos, pero no sé cómo hacer frente a esto, porque tengo algo de dinero ahorrado pero se me está acabando, tengo una hija que es bebé y tampoco puedo salirme del trabajo porque luego ya no encuentro otro y quedaré peor”, refiere.
Dice que de un tiempo a esta parte el salario en su empresa se paga retrasado, entre dos a tres meses como promedio y eso ya fue reclamado en varias ocasiones por distintos trabajadores, pero los gerentes y propietarios simplemente le dicen que “no hay ventas”, la situación está “crítica” y que deben esperar que los tiempos mejoren.

Los números bajan
Las historias relatadas por Marco y Daniel son sólo un ejemplo de lo que pasa al interior de las familias que sufren la crisis de la economía tarijeña, mientras que las cifras que arroja la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), en la revista Tarija 200, respaldan esta realidad y muestran en números el bajón de los depósitos y créditos productivos en el departamento.
Según el reporte de la ASFI, los depósitos en la banca para el 2016 a nivel departamental bajaron en un 10,43 por ciento en relación a 2015, alcanzando un total de 3.395.026.374 bolivianos; mientras que durante el 2015 los depósitos en Tarija registraron un crecimiento de 8,01 por ciento, es decir, 3.790.165.483 bolivianos. De hecho, desde el 2010 hasta el 2015 los depósitos en Tarija tuvieron un crecimiento progresivo año tras año, por lo que resalta el bajón que se tuvo el año pasado.
A esto, la ASFI informa también de la disminución que sufrió la banca de Tarija en cuanto a los créditos para la Pequeña y Mediana Empresa (PYME), así como de los créditos empresariales.
En el primero de los casos, el bajón de los créditos PYME durante 2016 en relación a 2015 fue de 2.18 por ciento, es decir, de erogar Bs 655.652.187 el anteaño pasado, la pasada gestión fueron otorgados 642.093.744 bolivianos como crédito.
En cuanto a los créditos empresariales la reducción fue de 1 por ciento, es decir, que el año 2015 se otorgaron 303.972.016 bolivianos de crédito, mientras que durante el 2016 la cifra se redujo a 298.174.429 bolivianos.
Ahora bien, no todo son números negativos según el reporte de la ASFI, toda vez que la cartera general de créditos en el departamento subió en realidad de 4.934.971.903 bolivianos durante 2016 a 5.781.175.299 bolivianos en la gestión pasada. Esto debido al incremento de créditos otorgados para vivienda, consumo y microcréditos.
De hecho, la composición de la cartera por tipo de crédito hasta diciembre de 2016 es la siguiente: el microcrédito domina con el 40.72 por ciento (Bs 2.354.033.359), le siguen el crédito de vivienda con el 27.69 por ciento (Bs 1.600.615.407), el crédito para consumo con el 15.33 por ciento (Bs 886.258.360) el crédito PYME con el 11.11 por ciento (Bs 642.093.744) y el crédito empresarial que participa con el 5.15 por ciento (Bs 298.174.429).
“De esta manera se puede evidenciar que la concentración del microcrédito es el crédito ‘estrella’ en Tarija y es que al parecer es el que más se acomoda a las características y necesidades de los prestatarios, en correspondencia a la composición de la economía departamental y sus tendencias rentistas, donde las principales actividades económicas del departamento, en casi todos los municipios están centradas sólo en el comercio mayormente”, cita el informe de Tarija 200.

Análisis
Sobre la reducción de los depósitos en Tarija, el economista y experto en el sector financiero y desarrollo productivo, Virginio Ávila, explica que los números muestran de manera clara que el departamento atraviesa una crisis económica con disminución de los recursos, aspecto que lleva a la ciudadanía a “comerse” sus ahorros para poder sostener su nivel de vida.
“En los últimos diez años, el nivel de vida de muchas personas ha mejorado por la inyección económica. Pero hoy se están comenzando a consumir esos ahorros debido a que hay falta de trabajo, de proyectos, de oportunidades”, refiere el analista.
Ahora bien, Ávila considera que otra explicación a la reducción de los depósitos durante la gestión pasada podría ser que en Tarija se está invirtiendo los ahorros (cerca de 400 millones retirados); sin embargo descarta esta posibilidad toda vez que de ser así, se habría generado empleo, construido obras físicas en el sector privado y la actividad económica no habría parado, aspecto que no ocurre.
Respecto a los créditos, el analista afirma que los préstamos a la pequeña y mediana empresa, que es el sector considerado el motor donde se desarrolla innovación y se generan nuevos negocios, han disminuido, lo que representa que las PYMES, pero también las grandes empresas han bajado su inversión.
“Lo que nos muestra esto es que los tarijeños, en varios años que hablaron de sembrar el gas, no lograron que el sector empresarial y el sector de las pequeñas y medianas empresas se dinamicen. No hay crecimiento de la cartera de créditos y usualmente cuando una empresa está creciendo requiere dinero que en gran parte sale del sistema financiero”, explica.
Otro aspecto que debe ser analizado y tomado muy en cuenta, según Ávila, es el referido a la cartera de microcréditos, puesto que según explica con este tipo de créditos se están desarrollando micronegocios, pero el problema de este tipo de créditos es que su composición es altamente de comercio y servicios, por lo que no está vinculado a lo productivo y de transformación.
“Estamos hablando de que gran parte de esta cartera, el 70 por ciento es comercio y servicios, y menos del 30 por ciento es de producción, entonces esto hace que el microcrédito no esté realmente orientado al sector productivo como son los créditos PYME o los créditos empresariales”, refirió.
Para el analista esta situación muestra que la economía en Tarija gira muy “fuertemente” a nivel de pequeñas unidades que solicitan préstamos, muchos de subsistencia vinculados a créditos comerciales y de servicios.
“Hemos visto últimamente mucha proliferación de pequeños restaurantes, pequeñas prestaciones de servicios que de alguna forma está marcando que hay desempleo; gente asalariada ha dejado de trabajar y está buscando cómo sustentar a su familia y esa también puede ser, en parte la explicación de estos microcréditos”, finaliza.

Cercado lidera los
créditos en Tarija
Durante la gestión 2016, según un reporte de la ASFI se registró que el 74,31 por ciento de la cartera de créditos del departamento de Tarija está en Cercado, es decir, 4.296 millones de bolivianos, lo que deja Bs 1.485 millones para el resto de los municipios. La cifra general de créditos en la gestión pasada alcanzó los 5.781.175.299 bolivianos.
En orden descendente, la participación de cada municipio en los créditos fue la siguiente: el municipio de Tarija tiene el 74.31 por ciento, Yacuiba el 11.84 por ciento, Bermejo el 5.82 por ciento, Villa Montes el 3.98 por ciento, Entre Ríos el 1.85 por ciento, Uriondo el 1.53 por ciento, Padcaya el 0.37 por ciento, El Puente con el 0.12 por ciento, Caraparí con el 0.10 por ciento y San Lorenzo con el 0.09 por ciento. El municipio de Yunchará no figura en el sistema financiero.
Si se analiza sólo a los números de la provincia Gran Chaco se puede observar que la suma de los créditos en los tres municipios Yacuiba, Villa Montes y Caraparí, sólo representa el 15.92 por ciento del total de la cartera departamental, lo que revela que en la región chaqueña se aprecia una débil economía productiva, más allá de los millonarios recursos públicos que le tocó administrar con el beneficio del 45% de los recursos del departamento.

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