03 noviembre 2017

Banco Mundial recomienda medir calidad educativa

Un informe del Banco Mundial (BM) señala algunas claves para entender mejor la falta de calidad en la educación a nivel internacional. En Bolivia desde hace más de un año se anunció un trabajo sobre el tema, pero a la fecha no hay mucha información; la entidad internacional señala que es importante la medición.

Hay críticas constantes de las universidades públicas y privadas, sobre la preparación de los estudiantes en etapa escolar, debido a que no rinden en los exámenes de admisión, por esa misma razón.

Pero no solo es en Bolivia, la crisis del aprendizaje está a nivel mundial, a pesar de las inversiones que se realizan en el sector, uno de los problemas que identifican, tanto a padres de familia así como docentes de las universidades, la poca preparación de los profesores y en algunos casos los programas de estudios.

INFORME

Algunos datos del último Informe de Desarrollo Mundial (WDR 2018, por sus siglas en inglés), del Banco Mundial, revelan las disparidades que existen entre los estudiantes ricos y pobres de un mismo país y entre esos mismos alumnos y los de una economía desarrollada.

En Bolivia, en una encuesta realizada a estudiantes de colegios fiscales, dicen que los paros o reuniones de profesores en horas de clase desmotivan el aprendizaje, ya que la continuidad no existe.

Por otra parte, pese a que en las escuelas privadas no realizan paros y en la mayoría de los casos concluyen su programa escolar, también hay falencias. La mecanización se ha apoderado de la educación, ya que los niños deben aprender de textos ya elaborados, donde se contemplan las tareas para la próxima clase.

Y el estudio del Banco Mundial no está lejos de la realidad boliviana. El estudio revela deficiencias en los sistemas de enseñanza globales, incluida Latinoamérica, que profundizan las desigualdades.

OBSERVACIONES

El informe señala que hay una crisis global de aprendizaje. La escolarización sin aprendizaje es una gran injusticia ya que está fallando particularmente a aquellos estudiantes que necesitan una buena educación para tener éxito en la vida.

Los datos mundiales sobre la calidad de la educación, recientemente actualizada, sugiere que en los países de ingresos medios y bajos, más del 60% de los niños evaluados no lograron alcanzar habilidades mínimas en matemáticas y lectura. Mientras que, en los países ricos, casi todos los niños superaron ese nivel.

Según el documento, la crisis global de aprendizaje no solo impide a estos jóvenes tener salarios mayores –de entre un 9% y un 11% más, en el caso de América Latina y el Caribe–, sino que también profundiza las diferencias entre ricos y pobres.

EVALUACIÓN

Cuando se trata de la educación primaria, América Latina es la región en desarrollo que más mide los resultados del aprendizaje. Sin embargo, la evaluación de los primeros años de la enseñanza media –una etapa importante que prepara al joven para niveles más avanzados de instrucción– no recibe la misma atención.

Es por ello que el informe recomienda más y mejores sistemas para medirla y definir prioridades. Según los autores, no basta con atenerse a los indicadores de aprendizaje: es importante “identificar los factores decisivos que la impulsan, como la preparación del alumno, las competencias de los profesores, la calidad de la gestión escolar, el nivel y la equidad del financiamiento (para la educación)”.

Pero la falencia –señala el informe– se debería a cuestiones técnicas y políticas, en la mayoría de los países.

Algunas recomendaciones propuestas por el organismo mundial, como la merienda, ya se implementan en Bolivia, como el desayuno escolar, pero también el Bono Juancito Pinto, que evita la deserción escolar.

Pero las clases de apoyo sólo se imparten casi al final, una vez que el alumno tiene problemas con algunas materias, y pasas cursos de reforzamiento, como se los denomina así en el país.

“A lo largo de la vida escolar también funcionan las medidas que reducen el costo de la escolarización y usan herramientas complementarias –como la merienda o las transferencias de efectivo para las familias que tienen hijos estudiantes– para aumentar la motivación y el esfuerzo. Otra actividad que suele traer buenos resultados es, para compensar el hecho de que muchos jóvenes completen la enseñanza básica sin las habilidades necesarias, ofrecerles clases de apoyo y recuperación antes de que ellos continúen avanzando en sus cursos”, sostiene el artículo del Banco Mundial.

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